¿Qué tienen en común la Inteligencia Artificial y el proceso de evaluación en un centro educativo? ¿Cómo puede ayudar la inteligencia artificial en la evaluación de las competencias socio-emocionales? ¿qué hacen dos profesores de Secundaria en un sitio como éste, es decir, un jjuevinshow en el que se habló de inteligencia artificial, prevención de sepsis, impresión 3d y soluciones alimentarias?
La respuesta a estos interrogantes resulta difícil desde la concepción tradicional que categoriza las escuelas como entes cerrados a toda influencia externa que no esté estrictamente ligada a los ámbitos académicos. En épocas de géneros difusos, estas clasificaciones resultan empobrecedoras e impiden concebir un modelo de educación que pretende impactar y mejorar la sociedad. Diego Ezcaray y Ángel Estanga, coordinador de ESO y Bachillerato y ex-director y coordinador del Equipo de Innovación respectivamente, retando a quienes constriñen así el ámbito escolar, participaron en un juevinshow celebrado en la Fábrica de Gomas. La finalidad de la actividad era compartir innovaciones del mundo empresarial y del mundo de la educación. Allí se abordaron cuestiones como la Inteligencia Artificial y Datos al servicio de la prevención de sepsis, el software y tecnología en tiempos de pandemia, la Inteligencia Artificial al servicio de la evaluación de competencias socio emocionales, competencias clave, funciones ejecutivas y perfil de salida de centro y la Impresión 3d y soluciones alimentarias. Además, la Fundación de Ayuda Solidaria Hijas de Jesús (FASFI) se vio beneficiada con el bote de 255 euros aportado por los participantes en el evento.
Reflexionar sobre las fortalezas, debilidades, amenazas y oportunidades de la Inteligencia Artificial puede ayudar, por analogía, a profundizar en las implicaciones de algo tan habitual en un colegio como el boletín de notas. Probablemente la condición de posibilidad de su uso como herramientas es la adopción de un marco no determinista. Ni las notas ni las aportaciones de la Inteligencia Artificial deben ser vistas como juicios inapelables referidas a realidades no cambiantes. De hecho, las ventajas de su utilización comparecen cuando se las concibe como herramientas para acompañar al alumnado en el objeto de sacar lo mejor de sí mismo.
Ni el informe, ni las notas deben vivirse como definitivos, sino como útiles que permiten ampliar el abanico de aspectos que se han de trabajar/acompañar con los estudiantes.
Hasta ahora las escuelas se han limitado información sobre la capacitación académica, o la respuesta que da el alumnado a una evaluación determinada (ni siquiera tenemos plenas garantías sobre si es la idónea); la Inteligencia Artificial permitiría ampliar esa mirada y evaluar otros aspectos de la persona, más relacionados con las competencias socioemocionales, las funciones ejecutivas o nuestro perfil CRAC (Creativo, Autónomo y comprometido).
La multidisciplinariedad se predica con el ejemplo. Por eso, Diego Ezcaray y Ángel Estanga descubrieron cómo la tecnología resuelve el problema de la alimentación en un viaje a Marte. Pero esa cuestión requiere el uso de otras analogías.
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