Marta Ezquerro Puerta, profesora de Educación Física, ha estado este verano en Bangladesh como voluntaria. Allí ha formado parte del proyecto que la Congregación de las Hijas de Jesús desarrolla con dedicación y entrega. Ha podido vivir de primera mano la labor que llevan a cabo teniendo como principal objetivo la educación de las niñas desde los 10-16 años. Marta ha vivido y compartido su día a día con las niñas en el St. Cándida Hostel, un internado para alumnas provenientes de remotas zonas rurales y que pertenecen a la tribu Garo. Además, pudo acompañar a las Hermanas en algunas de sus obras apostólicas, tales como la atención a los enfermos y ancianos que realizan en la zona y el acompañamiento personal a familias que viven bajo el umbral de la pobreza, en un contexto totalmente desfavorecido.
Este no es el primer año que Marta coge su mochila para ayudar allí donde FASFI, la ONG de las Hijas de Jesús, tiene proyectos. En esta ocasión sus pasos la han llevado a Bangladesh, lejos de España pero siempre inmersa en la familia de las Jesuitinas. Para ella, al igual que para Santa Cándida, el amor no tiene fronteras y nos recuerda que todos estamos interconectados y unidos por su obra a pesar de los kilómetros que nos separan.
Las niñas con las que compartió su tiempo allí sintieron su cercanía y su afán por hacer de este mundo un lugar mejor donde vivir, sintiéndose valoradas y dignas de ser tenidas en cuenta. Estas experiencias de voluntariado ayudan a estas adolescentes a abrir horizontes, cambiar su mirada frente al mundo y las situaciones que les rodean y sentir que siempre hay esperanza.