La Vigilia del 7 de diciembre tuvo un invitado sorpresa muy especial: el Papa Francisco. En 2 minutos y 26 segundos condensó un importante mensaje que, sin duda, supone un acicate para continuar con la misión que un 8 de diciembre de 1871 inició la Madre Cándida. Estas fueron sus palabras “
Me alegra que la Madre Graciela, superiora general de las Hijas de Jesús, haya instaurado este año jubilar, un año de preparación a los 150 años de la fundación del Instituto religioso Hijas de Jesús, creo que la M. Cándida desde el cielo estará muy contenta.
Un año jubilar, un año de preparación, un año para para ver todo, examinar, revisar, leer las Constituciones, reflexionar sobre el carisma fundacional, mirar el Instituto cómo está viviendo todo eso, eso es muy saludable y eso hace bien.
Es como revisar la hoja de ruta, por eso a ustedes, queridas hermanas, les agradezco este gesto y les digo no tengan miedo a revisar la hoja de ruta y ver qué decisiones nuevas tienen que tomar, qué cosas tienen que dejar de lado pero siempre mirando el carisma fundacional, porque esa es la brújula que las va a guiar sin que se equivoquen.
No tengan miedo a meterse, métanse en todas las áreas, en los ámbitos que están gritando la necesidad de un anuncio evangélico, no tengan miedo, siempre que no vayan solas, vayan con el Señor; por eso la vida de oración en ustedes, mujeres de frontera, tiene que ir pegada a las opciones pastorales; de la contemplación y de la lectura de la Escritura a la acción, de ahí a la contemplación; respecto a la adoración pierdan el tiempo adorando, que la oración de adoración sea el homenaje de cada una de ustedes, de todo el Instituto durante este año al Señor que las bendijo con esta gracia, con este carisma.
Las acompaño con mi oración y de paso les pido que recen por mí porque también lo necesito. Que Dios las bendiga.”